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Transición / pasado-futuro


Estuve viendo un video que me postearon en Facebook de Karina Velasco, la hija de aquel desaparecido conductor de Televisión, me pareció muy interesante sobre lo que menciona de la transición; definamos que es ésta: es la acción y resultado de pasar de un estado o modo de ser a otro distinto. Ella menciona que este proceso es algo agridulce por que al pasar de un estado a otro el cambio nos hace sentir incómodos por esa incertidumbre que te genera naturalmente, pero a la vez muy satisfactorio por que estás en otro estado de tu vida, puede aplicarse a todo, por ejemplo a un trabajo, una relación sentimental, pérdida familiar, cambio de lugar ya sea de residencia o de país.

Me considero que me ha pasado esto varias veces en mi vida, yo creo que todo pasa por algo y que en un principio son momentos caóticos, son de sentimientos de tristeza, de duelo de haber dejado un trabajo una casa, un país, una rutina, pero con un sabor dulce de emoción donde te preguntas que sigue a donde voy, en esos momentos uno no se siente cómodo, esto nos invita a la introspección y ayuda analizar lo que hemos dejado, a la vez nos da esa sensación de miedo a la incertidumbre de lo que viene, pero esto nos hace que nos ponga a reflexionar a como hacer esa nueva experiencia. El primer paso debe ser quitar el ¨peso¨ del pasado para reacomodar nuestros objetivos y agradecer por las lecciones de vida que te dejó toda esa experiencia de vida hasta ese momento, debemos conectar la mente con el corazón para alinear nuestro ser esos son los momentos de transición decir quien soy yo y con que experiencias quiero para mi nueva vida, debemos tener el poder para crear la experiencia de vivir.

Cuando decidí cambiar de vida y de País primero tuve que ver “la maleta del pasado” del pasado, casa, rutina, familiares, trabajo, amistades. Pero decidí por que quería algo nuevo en mi vida, la rutina me hacía sentir que ya no estaba conforme, es donde me hizo pensar y hacer una reflexión de lo que quería, fue una etapa de transición de semanas, el asimilar todo.

Cuando me despiden de mi trabajo que durante 18 años hice la rutina de entrar y salir en un horario, de pronto ya no lo tienes, vienen los sentimientos encontrados, me sentía desubicado, pero por otro lado me sentía bien, eche de menos a compañeros que convivía a diario, por otro lado vi la oportunidad de realizar un cambio en mi vida personal, creo que estoy en la mejor etapa para reinventarnos, me siento con energía de aprender, capacitarme y proyectarme, eso es lo que quiero para mi proyecto de vida. Pero es difícil a estas alturas de la vida hacer este tipo de “giros” no es nada fácil más no imposible, sólo se requiere que traigas el “switch” bien puesto a salir adelante y si quieres “virar el barco” lo puedes hacer, de otra manera esta transición será aguda y dolorosa hay quienes se quedan y terminan peor que antes, lo importante es retomar esa energía que tenía uno de adolescente donde te querías comer el mundo e inyectarla para que puedas salir rápido adelante. La mayoría de conocidos y ex compañeros que ya no trabajan en donde laboraba, al platicar con muchos de ellos cuando me los encontraba después de que los despedían, reflejaban distintas formas de sentir, algunos sentían que no sabían que hacer, otros estaban muy entusiastas en realizar nuevos proyectos, había un contraste de sentimientos, yo coincidía más con aquellos que tenían planes, pero la realidad es que nadie nos enseña ni estamos preparados para las transiciones, pasa lo mismo con aquellas personas que pierden una relación algunos se amargan y toman todo lo pasado como carga y tardan en darse cuenta que eso les estorba para seguir adelante, otros dan la vuelta a la hoja y traen en su proyecto de vida otro pensamiento y optimismo, como quien dice “tiran esa maleta de carga”. Creo que las transiciones son buenas por que nos ayudan a que veamos de otra manera la vida hacen a que te hagas más creativo, a moverte más para actualizarte, aquellos como yo que no nos gusta la monotonía nos cae muy bien esos cambios siempre y cuando se tenga una proyección a futuro.

El miedo persiste, yo lo tengo, ¡no soy de hierro!, tengo sentimientos y claro esta que me preocupan muchas cosas, pero vale la pena el riesgo. Pero prefiero haber tenido la oportunidad de probar y no quedarme en el “hubiera”, aunque al final ni yo se que vaya pasar, esa incertidumbre es la que deja ese sabor agridulce como dice Karina Velasco.

Amigos quiero seguir en mis artículos me encanta escribir, y más que me lean y transmitir estas experiencias. Pero den sus opiniones.

Chau, saludos.

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